Muchos son los opinólogos, sociólogos, politólogos, novios asépticos de la revolución, interesados en cuestiones non sanctas, servicios extranjeros, emboladores de perdices y otras sanguijuelas, que han salido a la palestra con motivo de las últimas elecciones chilenas que consagraron a Gabriel Boric como presidente del país hermano. Para los intereses de la Patria Grande, todos estos gurúes no son significativos, aunque haya que mantener la lupa sobre ellos pues, como bien sabemos, en determinadas circunstancias conforman el batallón de tontos útiles a la reacción y a los siempre atentos intereses de los imperios. Podemos y debemos ser lealmente críticos, tragarnos algunos sapos, pero como dicen los salteños “no ocotes”, o en otras palabras: “los sapos se tragan en pro de nuestros intereses, los ocotes los sirve en bandeja el enemigo histórico de los Pueblos Latinoamericanos”.
La importancia del tema radica, para los latinoamericanos, en tratar de comprender al menos, la magnitud de los hechos y la importancia para los Pueblos en general y para los argentinos, bolivianos, peruanos, etc. en particular.
Lo primero a tomar en cuenta es el hecho simple, que los sordos no quieren oír: Gabriel Boric, recién asumirá la Presidencia de Chile.
TIEMPOS PREVIOS
Recordando aquel documental de Patricio Guzmán sobre la victoria de 1970, el gobierno y el derrocamiento de Allende, resuenan las palabras testimoniales expresadas en el mismo por la ex Concejal Claudina Nuñez: “Yo todavía me siento orgullosa de él (Allende). Profundamente orgullosa. Todavía cuando escucho y le habla a los jóvenes me salta el corazón. O sea el tipo lograba a uno decirle ‘estos son mis sueños, y pa allá vamos’ y yo me sentía parte de esos sueños, me sentía constructora absolutamente constructora. Yo creo que la época que nosotros vivimos fue la época más hermosa. ¿Sabe por qué? Porque teníamos líderes, teníamos sueños, teníamos utopía, teníamos un mundo por cambiar. Por eso yo digo que tenemos que avanzar con los jóvenes a construir otra cosa. A lo mejor no lo vamos a ver. Pero tenemos que entregarle sueños valores para que ellos construyan sus propios liderazgos, sus propios movimientos. Y si lamentablemente los partidos de izquierda están agotados, bueno tendrán que construir otro, pero las ideas de revolución, de cambio, de echar abajo este sistema son legítimas y van a ser legítimas toda la vida”.
Aquellas palabras de la concejal Nuñez, sin dudas, fueron proféticas. La juventud de Chile lanzada a las calles, no desde el 2019 sino desde el 2006, levantó sus banderas, construyó sus nuevos partidos y en un doble frente ha impuesto sus nuevos objetivos: mediante la Constituyente para terminar: con los resabios de neoliberalismo impuesto por los chicagos boys del 78 y con las traiciones de una Concertación, que ha sido pesada y medida, y no ha dado el nivel, sintetizado en “no fueron 30 pesos, fueron 30 años”.
EL FUTURO HA COMENZADO
Dentro de la consideración inicial: “Gabriel Boric, recién hoy asumirá la Presidencia de Chile”, aunque hay que hablar del “durante”.
Por lo tanto, no es “el pasado” el tema de análisis, y tema de la “historia” (que, por supuesto hay que conocer), ni tampoco “el futuro” sobre el cual la bola de cristal no dice nada, y no significa que debamos desentendernos de ambos. Serán motivo de otras consideraciones. Por lo tanto el punto de referencia es el hoy, para fundamentar cualquier opinión.
Y, el punto central, no es el presidente electo, sino la juventud que abrió las Alamedas, generando un movimiento que marchó, acompañado del Pueblo de Chile, en busca del futuro que les pertenece.
Y ese futuro se ha comenzado a recorrer, desde el ayer inmediato que comprende la primera vuelta, la segunda vuelta y los, por ahora, anuncios previos.
PEQUEÑOS DETALLES PREVIOS
¿Se cometieron errores en la primera vuelta? Por supuesto que sí, como siempre. Pero esos errores, pusieron a prueba la ductilidad política de los perdedores de la primera vuelta.
Hay una pregunta previa referida a Chile. Esa pregunta es ¿Por qué se perdió en primera vuelta?
Así, las opiniones sobre la primera vuelta estuvieron informadas por la situación en la campaña electoral, la cercanía a la militancia de campo (centro, norte o sur de Chile), ángulo desde el que se opinaba e incluso, quienes teníamos una opinión formada en la lejanía que da el exterior de Chile.
Así las cuestiones, si vemos el sur de Chile, donde en primera vuelta se perdió en casi todas esas regiones, menos una, y lógicamente no se veía venir un triunfo tan amplio en segunda vuelta, sobre todo, porque Kast sacó más votos en segunda que en primera vuelta (más votos que Pinochet y 200 mil menos que Piñera. Con la particularidad contradictoria que gente que había votado por la reforma constitucional y a candidatos de izquierda, voto en estas regiones a Kast que estaba por defender la constitución de Pinochet).
Ahora bien, ¿Qué proponía Kast?: Formar un nuevo plan Cóndor. Estaba en su programa. Una organización desde el estado, con coordinación intergubernamental con todos los gobiernos de América Latina para perseguir militantes de izquierda radical (textual). Retener personas detenidas sin juicio. Casi estaba hablando de “detenidos desaparecidos”. Con eso llego a convocar a gente que había votado Apruebo y a quienes habían votado a Pinochet. (Punto importante de dilucidar).
AYUDAS MUTUAS. Ha sucedido en la historia, que en periodos determinados, la revolución con sus actos le da pie a la contrarrevolución, y viceversa, situaciones en que la contrarrevolución da un pie a la revolución. Para los argentinos, no nos podemos olvidar del Braden o Perón. Así sucedió, no respecto a la población, pero si respecto a las fuerzas militantes: los exabruptos programáticos de Kast. Sus expresiones ideológicas que bien podríamos identificar con una extrema derecha racista, anti latinoamericana, etc., movilizó a la militancia a redoblar los esfuerzos, mayores incluso que los del Apruebo. Incluso en el sur, donde las organizaciones sindicales débiles (hasta el 2010, la CUT. ni siquiera había recuperado sus locales), se formaron pequeños comandos de trabajadores e independientes, que movilizaron a las personas a votar. Y eso sucedió en todo Chile. Surgió así lo que podríamos llamar un movimiento de masas que se integró a un embrión de una revolución posible. Así sucedió con mucha gente que desde un movimiento previo de los Cabildos, surgidos al calor de las anteriores movilizaciones, dio mayor impulso a la campaña de Boric. El “miedo” no es tonto y ante la presencia de una propuesta que levantaba la inexistencia de la mayoría del Pueblo, actuó como acicate. ¿Acaso la detención del entonces coronel Perón, en la Argentina del 45 y el comienzo de las maniobras para anular las conquistas del Pueblo trabajador no fue el impulso vital para que los trabajadores cruzaran el Riachuelo con todos los medios posibles?
Ahora bien. Más allá del impulso del miedo ante el candidato perdedor, ¿cuál fue el hecho el punto que determinó que el candidato “ganador” en segunda vuelta, no arrasara de entrada?
Cabe preguntar entonces ¿Cómo se triunfó en segunda vuelta por tan amplio margen y a pesar que aún Kast hizo muy buena elección?
La respuesta se encontró en los sectores populares de las grandes ciudades del norte, del sur y fuertemente en la región metropolitana y las ciudades del centro. Comunas como la Pintana, el Bosque, Cerro Navia, Pudawel, comunas marginales donde el estado no llega, o llega solo la policía, si es que llega. Esas comunas aumentaron su participación, que aumentaron de un 35-38% a un 50-55%, y esos fueron 1.800.000 votos nuevos, que, incluso no habían votado en el plebiscito. Y de ese número, 1.500.000, voto por Boric.
EL DÍA DESPUÉS
La particularidad del “tiempo post electoral” merece un aparte y respuesta tentativa. Cuando participa de la preferencia electoral el hecho de votar por un candidato contra el otro (para que no gane el otro), el ganador pierde al día siguiente el impulso que dominó el día electoral. En el caso de Chile no está sucediendo esto. Sin dudas el discurso inicial de Boric tiene mucho que ver en esa “continuidad” con el triunfo electoral. Su forma, su estilo de comunicar. Una forma diferente que ha generado cierta adherencia, a su propuesta, a su programa, que ha generado simpatías de aquellos que están cansados de la Concertación y la derecha, patrimonio de las élites políticas (no solo de las violencias del 73, de las operaciones de los chicago boys desde el 78, sino también de las traiciones del 88 y la inoperancia cómplice de la Concertación, a lo que se sumó la presidencia del ing. Piñera, preso de los intereses oligárquicos, de clase, y olvidado ya de sus tiempos de joven estudiante en EE.UU, cuando formó parte del pequeño grupo que firmo la declaración contra el golpe del 73.
Con Boric y sus compañeros, comenzó a despuntar una forma diferente de gobernar, todavía una forma incipiente de gobernar, que despuntó desde los orígenes del movimiento estudiantil, donde los voceros no transmitían la intención de algún partido, sino que los militantes de cualquier partido, actuaban como voceros de los estudiantes, que finalmente no se detuvieron en los límites de los claustros y los puros intereses de los estudiantes, y cuyo salto de la cantidad a la calidad quedó grabada en aquella expresión: “no fueron 30 pesos, fueron 30 años”.
Hay un “nueva forma”, dada por el hecho que la base del nuevo gobierno, no es un solo dirigente, sino un Pueblo con intención de hacer un nuevo camino. Se ha visto en los pequeños hechos. No hay adherencias “a los sillones”. Hubo un jefe de campaña de punta a punta: Giorgio Jackson. Pero se incorporaba la dra. Ziches, que había tomado notoriedad en la campaña contra el Covid y que actuó destacadamente al periodo post primera vuelta.
Boric asistió a La Moneda, invitado por el presidente Piñera, pero no se puede obviar que a esa reunión, no fue solo, sino que como “político” fue acompañado de los políticos de su movimiento: Jackson y Ziches. Lo cual dice mucho: a las reuniones no se entra solo como lo hace el empleado del FMI, que no otra cosa es Guzmán o el ministrito Cafiero, pidiendo la escupidera al funcionario yanqui.
El mañana que ya es hoy, es una esperanza con bases sólidas, porque no es “un presidente” sino un “movimiento en marcha”, seguramente una idea, para un Chile diferente.
Consolidando algunas reformas, aunque fueran pocas, mejorando la calidad de vida de los trabajadores y en general de Chile y con un estilo diferente de gobernar se puede consolidar esa mayoría incluso mayor, con capacidad de movilización en las calles y en las urnas.
Si esa es la cuestión interna, cuestión de los chilenos, el movimiento y el futuro presidente, no pueden dejar de mencionarse algunas expresiones del presidente electo: “las Malvinas son argentinas, claridad con el embajador de Gran Bretaña al respecto y la posibilidad de salida al mar para Bolivia. No son hechos menores, son una puntualización sobre temas centrales.
Como dije al principio: “Gabriel Boric, asume hoy la Presidencia de Chile”. Como todo Presidente, su tarea es gobernar.
Ciertamente de los triunfos no se aprende mucho. Pero es grave cuando no se aprende de las derrotas. La primera y la segunda vuelta, dan una visión optimista: la generación de jóvenes dirigentes políticos de Chile, que no es solo un individuo, ha demostrado la capacidad levantarse de una caída, la capacidad de solucionar un tema, de los cuales se van a presentar muchos en el futuro, como en todo gobierno.
Le espera, no solo al presidente, sino a todo su gabinete una tarea difícil, aunque tal vez la tarea más difícil puede ser la de la dra. Ziches a cuyo cargo estará la solución la candente situación del sur. La recuperación del patrimonio de Chile en varias ramas: desde la minería al agua; desde la madera a los bancos; desde la pesca hasta la recuperación de los derechos de los trabajadores, en una situación mundial más que compleja.
Solo hay una tema, que, como en todos los países de nuestra Latinoamérica, compete a la sociedad chilena, a la que los poderes del estado solo pueden fomentar, pero que requiere la participación de todos los niveles: la recuperación de la verdad histórica del país que actúa como amalgama de todas las fuerzas sociales que tienen en sus manos su presente y su futuro.
Hoy asume el nuevo Presidente de Chile. No le van a ahorrar disgustos, pero cuenta con un hándicap: su poder es hijo de una lucha del Pueblo. El futuro dirá, pero tiene la ventaja que no es un solo hombre, sino un Pueblo, y todo dependerá de la participación de ese Pueblo en la construcción.